CHAMADO DIVINO FEITO A TODA HUMANIDADE NAS APARIÇÕES DE JACAREÍ-SP-BRASIL E NAS VERDADEIRAS APARIÇÕES DA MÃE DE DEUS POR TODO O MUNDO!

sábado, 30 de dezembro de 2017

25 de Diciembre de 2017 - Mensaje de María y Jesús a través del Vidente Marcos Tadeo

25 de Diciembre de 2017 - Mensaje de María y Jesús a través del Vidente Marcos Tadeo

Jacareí, 25 de Diciembre de 2017
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV mundial:





VIGILIA Y FIESTA DE NAVIDAD

(Vidente Marcos): “Sí, sí, haré sí Madrecita. Sí, haré. Sí, haré sí.”

(Diálogo entre el Vidente y la Madre de Dios)



MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
“Queridos hijos, hoy vengo con Mi Hijo Jesús Niño, el Príncipe de la Paz, para dar a todos ustedes la paz del corazón y la bendición de la paz.
Abran sus corazones para Mi Hijo Jesús, para que Él pueda entrar de verdad en sus corazones y reinar en sus corazones con amor.
Hoy llamo a todos ustedes a ser rosas de amor de Mi Hijo Jesús.
Sean las rosas de amor del Niño Jesús, cercándolo con la vida de ustedes repleta de oración, de buenas obras, de sacrificios, de penitencia, para darle amor, gratitud y, sobre todo, almas.
Salven muchas almas para Jesús con las oraciones de ustedes todos los días, para que Él pueda alegrarse, alegrarse verdaderamente en ustedes y por ustedes, y pueda finalmente tener las llagas de Su Divino Corazón, abiertas por el extravío y la pérdida de tantas almas, finalmente esas llagas puedan ser cerradas y Mi Hijo pueda ser aliviado del gran dolor que le causa la pérdida de tantas almas.
Sean las rosas de amor del Niño Jesús, procurando todos los días amarlo más, siempre más. Y entre las cosas buenas que ustedes pueden hacer por Él, siempre escoger las mejores, para que verdaderamente ustedes puedan darle todos los días actos de mucho amor, gran amor, para alegrar el Corazón de Él y para darle finalmente el retorno de Sus Gracias y la perfecta satisfacción que Él desea de todos ustedes, de todas las almas.
Sean las rosas de amor de Mi Hijo Jesús, procurando siempre más ser para Él: amor, cariño y una morada calentada con la fe, con el amor, con la obediencia, con la perseverancia en Su Gracia. Para que verdaderamente pueda vivir con ustedes y en ustedes, y pueda verdaderamente a través de ustedes traer a todo el mundo que yace en las tinieblas para la luz.
Sean verdaderamente rosas de amor para Jesús, que exhalan el perfume de todas las más variadas virtudes, para transformar el pantano de este mundo en jardín verde y perfumado de amor.
Sean rosas para Mi Hijo Jesús, pero sin espinas de desobediencia, de cobardía, de soberbia y de orgullo, para no herirlo cuando Él se aproxime y toque en ustedes.
Sean rosas sin espinas, que sólo dan a Jesús: alegría, amor, consuelo y correspondencia completa.
Preparen sus corazones porque la venida de Mi Hijo está próxima, la humanidad no cree ni que Él vino la primera vez y mucho menos que Él volverá una segunda vez. Pero Yo les digo Mis hijos: ‘Así como Mi Hijo vino ciertamente la primera vez, ciertamente vendrá la segunda vez.’
Yo misma mostré a Mi hijito Marcos una vez el nacimiento de Mi Hijo Jesús, para que él quedase como una prueba viva de que Mi Hijo verdaderamente nació, verdaderamente vino a este mundo una vez y volverá en breve para cumplir la promesa que hizo, que un día Él volvería y colocaría a los buenos a la derecha, y a los pecadores, los malos, a Su izquierda. A los buenos Él daría la corona de la Vida Eterna, a los buenos daría la salvación y una morada en la Casa de Su Padre. Pero a los que estuvieren a Su izquierda, a los malos, Él dirá aquellas palabras aterradoras: ‘¡Vayan malditos para el fuego eterno que les fue preparado!
Por eso Mis hijos, conviértanse sin demora y prepárense, porque Mi Hijo volverá y este mundo no será más el mismo, será diferente. Y aquello a que ustedes ahora son apegados, en breve ya no existirá más. Por eso, desapéguense y prepárense más para esa vida celeste que en breve llegará a todos ustedes.
Continúen rezando el Santo Rosario todos los días, pues, a través de ello, Yo verdaderamente les prepararé para los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra. Aquél que rece Mi Rosario todos los días no será engañado por Satanás, no será eludido por las tentaciones mundanas y llegará con certeza a la Casa del Padre, y será digno de la corona de la Vida Eterna.
A todos en este momento Yo bendigo con amor: de NAZARET… de BELÉN… y de JACAREÍ.”

MENSAJE DEL NIÑO JESÚS
“Mis hijos, hoy Yo vengo con Mi Madre Santísima para decirles a todos: ‘Yo Soy el amor y todo aquél que venga a Mí encontrará el verdadero amor, encontrará el amor vivo que llenará su corazón y lo refrescará de toda sed de amor que necesita.’
Soy el amor nacido para salvarles. Dejé Mi Trono en el Cielo, dejé la compañía de Mi Divino Padre, al cual Yo amaba como a Mí mismo, como a Mi propia gloria. Dejé la compañía de Mis Ángeles para venir a la tierra, a sufrir por ustedes.
Por ustedes caminé, por ustedes ayuné, por ustedes recé, por ustedes dediqué toda Mi vida, por ustedes recorrí todos los senderos para anunciar el Reino de los Cielos, por ustedes Me entregué a una muerte atroz en una cruz, para probarles lo cuanto les amo y lo cuanto deseo su salvación.
Yo sólo quiero el amor, pido amor. Me cansan, Me cansan mucho las almas que resisten a Mi Amor. Estoy exhausto de tanto golpear la puerta de sus corazones, pero todo lo que Yo encuentro es apego a sí mismo, amor propio desordenado, apego a las cosas mundanas y a las criaturas, y no hallo el verdadero amor por Mí.
¡Ah si Yo encontrase almas que verdaderamente Me amasen, se dedicasen a Mí y se entregasen a Mí completamente para hacer Mi Voluntad! Yo haría maravillas en el mundo de ahora, tal como hice en el comienzo de Mi Iglesia en la predicación de Mis Apóstoles.
Sí, Yo haría los mismos milagros, pero como no encuentro almas que verdaderamente Me amen y sean completamente Mías, Mi Amor queda represado en Mi Corazón y no puedo realizar prodigios y maravillas para la salvación de los hombres de hoy.
Denme su ‘Sí’ para que Yo pueda finalmente derramar los torrentes de Mi Amor represado en Mi Corazón, para transformar a toda la humanidad verdaderamente en un mundo de amor y de paz que Yo y Mi Padre siempre deseamos.
Sí, vengan a Nosotros, denme, den a Mí su ‘Sí’, den a Mi Padre su ‘Sí’, dennos su ‘Sí’ y Nosotros verdaderamente haremos por medio de ustedes maravillas. No demoren más porque su demora cuesta almas. Cada vez que un alma demora en darme su ‘Sí’, almas se pierden. La demora cuesta almas.
Y jamás Mis hijos endurezcan sus corazones como otrora hicieron los Israelitas en el desierto, para que Mi Padre no acabe por abandonarlos. Abran sus corazones, sean humildes, acepten la Voluntad de Mi Padre y obedezcan esa Voluntad prontamente, pues, ella será siempre luz, paz, felicidad y salvación para ustedes.
Continúen rezando la Coronilla de la Misericordia Meditado hecho por Mi hijito Marcos todos los días. Por medio de ella, Yo siempre más plasmaré su corazón conforme a Mi propio Corazón. Yo mismo moldearé su corazón hasta que él tome el formato del Mío y se torne una perfecta copia de Mi Corazón, para que con él ustedes puedan amar al Padre, obedecer al Padre, dar gloria al Padre, vivir en el Padre e irradiar el amor del Padre para el mundo entero.
Ahora el Niño Jesús se dirige sólo al vidente, a su padre espiritual y a los esclavos de amor.
Hoy Mi hijito Marcos te bendigo profundamente por causa del ‘Sí’ que diste a Mí y a Mi Madre Santísima hace 26 años atrás y que renovaste hoy. Diste a Mi Corazón y al Corazón de Mi Madre el mejor regalo de Navidad en esta noche, porque nada Me agrada más cuando un alma se da toda a Mí y toda a Mi Madre. Cuando ella se da por entera, cuerpo y alma, ya no hay más nada que darme. Ella dio todo, ella es amor, entonces ella es todo.
Y me diste todo hace 26 años, y hoy renovaste esa oferta total a Nuestros Corazones. Por eso, cerraste muchas heridas que los hombres hoy abrieron en esta noche en Nuestros Corazones por el olvido con que trataron a Mí y a Mi Madre.
Sí, el mundo no cambió nada, se pasaron 2000 años, pero los hombres continuaron cerrando para Mí las puertas de sus casas, vidas y corazones. Y es por eso que cuando Yo y Mi Madre encontramos un alma que verdaderamente se da toda a Nosotros, se entrega completamente a Nosotros, ¡Ah! Esa alma cierra millares y millares de heridas que los hombres causaron a Nuestros Corazones con las espinas de su dureza y de su falta de amor.
Quédate sabiendo hijo Mío que lo que pediste en esta oración de renovación de tu ‘Sí’ fue acogido por Mi Divino Corazón y por Mi Padre, y conforme pediste, así será hecho. Sobre tu padre Carlos Tadeo serán derramadas todas las gracias de los méritos de estos 26 años de tu ‘Sí’, de tu consagración. Él recibirá todo lo tú tengas derecho. Sí, tu acto de caridad y de amor por él encanta Mi Corazón y el Corazón del Padre. Y por eso Mi Padre juzgó verdaderamente procedente y justa tu petición, y por eso concedió aquello que pediste.
Y sobre todas las personas que amas, las personas por las cuales tienes verdadero sentimiento de amor y por las cuales apliques las gracias de esos méritos, también ellas serán aplicadas hoy, siempre y especialmente en todos los años en el día de la Santa Navidad. Esa gracia mereciste por todos estos años de obediencia y servicio a Nosotros y mucho más merecerás por tu perseverancia.
Continúe pues Mi caballero, continúe pues Mi predilecto, en frente y no desanimes, ni pares por causa de nadie. Pasa por encima de todos como un águila veloz que nunca detiene su vuelo a pesar de todo, a pesar de todos los vientos que soplan contrariamente. Ve en frente siempre más con tu mirada agudizada, mirando Mi Voluntad, comprendiendo Mi querer y viendo a las almas que precisan ser salvas, que están en peligro y haciendo todo para salvarlas y reconducirlas a Mí. Esa es tu misión hoy y hasta el día de tu muerte.
Yo estaré contigo y también estaré contigo Mi amadísimo hermano Carlos Tadeo. Por ti ayuné 40 días en el desierto, por ti ayuné también todos los martes, jueves y viernes a lo largo de toda Mi vida y ofrecí ese arduo ayuno por ti amadísimo hijo Mío. Sí, porque te amo tanto, porque te amo como a Mi propia gloria y porque jamás te abandonaré.
Quiero concederte grandes y copiosas gracias. Por eso, ábreme tu corazón siempre más, para que Yo pueda derramar en ti el río de Mi Gracia, recibirás tanto cuanto puedas y quieras recoger. Continúe en frente y ame de todo tu corazón al hijo que te di, pues, así como Yo fui fuente de grandes gracias y bendiciones y aumento de la Santidad para Mi Padre San José, así también a través del hijo que Yo y Mi Madre te dimos, también recibirás grandes gracias de Mi Divino Corazón que mucho aumentarán en ti la santidad habitual y también aumentarán sobre ti los influjos de Mi Divino Espíritu.
Quiero también Mi querido hijo que sepas que, en el momento de Mi transfiguración en el monte Tabor, Mis Apóstoles no vieron solamente a los profetas que estaban conmigo, pero vieron también a Nuestro amadísimo Marcos y a ti. Sí, ustedes estaban allí porque ya estaban en el pensamiento divino y Mis Apóstoles les conocieron y rezaron por ustedes durante toda su vida. Grande es la misión que tengo para ustedes y por eso esas gracias fueron concedidas.
En frente y nunca desanimen, porque Mi Corazón y el Corazón de Mi Madre serán siempre escudo, protección, defensa y luz para ustedes y siempre los guiarán.
Y a Mis Esclavos de Amor aquí presentes, doy también hoy una bendición especial de Mi Sagrado Corazón por haber dejado el mundo y haberse entregado completamente a Mí y a Mi Madre, para juntamente con Mi amadísimo Marcos y con Ella, hacerme nacer, vivir y reinar en los corazones de todos los hombres.
A ellos y a todos ustedes aquí presentes que Yo tanto amo, bendigo ahora con amor: de BELÉN… de DOZULÉ… y de JACAREÍ.”

LAS APARICIONES DE EL ESCORIAL - José María Zavala Gasset


Acción de Gracias después de la Aparicion del día 5 de Agosto de 2017

Analisis CIENTÍFICA prueba que las Apariciones de Jacareí son verdaderas y que el Vidente Marcos Tadeu VE NUESTRA SEÑORA a 26 años.


Analisis CIENTÍFICA prueba que las Apariciones de Jacareí son verdaderas y que el Vidente Marcos Tadeu VE NUESTRA SEÑORA a 26 años.

Mensaje de Nuestra Señora y San Guillermo comunicadas en las Apariciones de Jacareí al Vidente Marcos Tadeu el 6 de agosto de 2017.

Mensaje de la Virgen de Medjugorje del día 2 de diciembre del 2017



terça-feira, 14 de fevereiro de 2017

Vaticano: Papa nomeia «enviado especial» para Medjugorje - Em outras palavras, transformar Medjugorje em uma paróquia alinhada com a agenda do papa Bergoglio...com pastorais, comunismo, e teologia da libertação. A operação Cavalo de Troia, que está destruindo a Igreja Católica, agora começará a fazer o mesmo (de dentro para fora) com Medjugorje.


Vaticano: Papa nomeia «enviado especial» para Medjugorje
Agência Ecclesia 12 de Fevereiro de 2017, às 11:51
   
Francisco quer conhecer «necessidades» dos peregrinos que acorrem ao local desde que surgiram relatos de aparições da Virgem Maria

Cidade do Vaticano, 12 fev 2017 (Ecclesia) – O Papa nomeou este sábado um “enviado especial” da Santa Sé para Medjugorje, Bósnia-Herzegovina, ponto de peregrinação para muitos católicos, enquanto se esperam as conclusões do inquérito sobre fenómenos de aparições marianas no local.

D. Henryk Hoser, arcebispo de Varsóvia, na Polónia, foi o prelado escolhido por Francisco para “adquirir conhecimento mais aprofundado sobre a situação pastoral desta realidade, em particular sobre as necessidades dos fiéis que ali chegam em peregrinações”.

Com base nestas informações, a Santa Sé poderá definir “possíveis iniciativas pastorais para o futuro”, assinala a nota oficial divulgada pela Secretaria de Estado do Vaticano.

A missão tem um caráter “exclusivamente pastoral” e vai durar vários meses, sendo o prazo previsto para a sua conclusão “o próximo verão”.

Em 2010, o Papa Bento XVI criou uma Comissão Internacional de Inquérito sobre Medjugorje na Congregação para a Doutrina da Fé.

Em causa estão relatos de aparições da Virgem Maria a seis crianças de uma aldeia da Bósnia-Herzegovina, em 1981.

Quatro anos depois, o cardeal Joseph Ratzinger, o Papa emérito Bento XVI, na altura prefeito da Congregação para a Doutrina da Fé, proibiu peregrinações oficiais de dioceses ou paróquias ao local, embora os católicos possam ali deslocar-se por sua iniciativa, inclusive na companhia de padres, se assim o desejarem.

Medjugorje continua a ser um local de peregrinação para centenas de milhares de católicos de todo o mundo.

PAPA FRANCISCO AFIRMA QUE QUEM DIZ VER NOSSA SENHORA TEM PROBLEMAS PSICOLÓGICOS E QUE OS VIDENTES DE MEDJUGORJE MENTEM PARA O POVO



PAPA FRANCISCO AFIRMA QUE QUEM DIZ VER NOSSA SENHORA TEM PROBLEMAS PSICOLÓGICOS E QUE OS VIDENTES DE MEDJUGORJE MENTEM PARA O POVO

POSTADO POR GABRIEL PAULINO

No livro publicado pelas edições Loyola em 2014, na entrevista concedida ao Padre Alexandre Awi Mello, Papa Francisco rechaça qualquer hipótese de que alguém tenha aparições de Nossa Senhora.

Nas páginas 235 e e 236 o Papa passa a sua opinião pessoal sobre as aparições de Nossa Senhora em Medjugorje:

Em relação a Medjugorje, continua o Papa Francisco,  eu proibi que se fizesse uma reunião enquanto estávamos aqui no Conclave. Portanto, eles sabiam que eu não estava de acordo“. Ele (o Papa) me explicou que um dos videntes de Medjugorje ia estar na Arquidiocese para um encontro que aconteceria em uma igreja. Em seguida me disse o motivo pelo qual tinha se oposto ao encontro, sem contudo, se manifestar sobre a autenticidade da aparição:

“Fiz isto porque um dos videntes ia falar e dar algumas explicações e, então às quatro e meia Nossa Senhora ia aparecer! Ou seja, ele tem a agenda de Nossa Senhora! Então, eu lhes disse: não; olha, esse tipo de coisa  eu não quero aqui.  Disse que não. Não na Igreja conclui o Papa reforçando em seguida:

Mas devemos distinguir que em Medjugorje, Deus faz milagres, entende ? Assim, em meio às loucuras humanas, Deus continua fazendo milagres, não é mesmo ? Talvez existam fenômenos mais pessoais. Chegam-me algumas cartas, mas se vê que são questões mais psicológicas… Temos que distinguir bem as coisas…

Em outro momento, quando já estávamos andando pelo Palácio Apostólico, Francisco voltou ao tema, como se a pergunta estivesse trabalhando em seu interior:”O tema das aparições, que fique bem claro. Procure ver pelo lado da locução interior. Então, como te disse, vai-se de um extremo ao outro. Às vezes esta locução quase se materializa fisicamente numa visão e às vezes pode ser mera inspiração, diz o Papa buscando conceitos para expressar o que pensa sobre estes fenômenos. Por exemplo, continua, essa gente que sente que Nossa Senhora lhe diz alguma coisa que na oração tem uma locução e, então afirma: Nossa Senhora me disse isto… Claro. Expressam de uma maneira que parece que ela se lhes apareceu… Mas daí a que os videntes sejam protagonistas e organizem umas aparições programadas… este é o pecado, que pode acompanhar uma grande graça.

Leia mais em: http://www.medjugorje.com.br/papa-francisco-afirma-que-quem-diz-ver-nossa-senhora-tem-problemas-psicologicos-e-que-os-videntes-de-medjugorje-mentem-para-o-povo/#ixzz4Yg6FQo00

quinta-feira, 19 de janeiro de 2017

VULTO DE NOSSA SENHORA REFLETIDO NOS OLHOS DO VIDENTE MARCOS TADEU NAS APARIÇÕES DE 7 E 8 DE JANEIRO DE 2017

VULTO DE NOSSA SENHORA REFLETIDO NOS OLHOS DO VIDENTE MARCOS TADEU NAS APARIÇÕES DE 7 E 8 DE JANEIRO DE 2017

Bíblia. São Mateus 6,24-34

Bíblia. São Mateus 6,24-34
[24]Ninguém pode servir a dois senhores, porque ou odiará a um e amará o outro, ou dedicar-se-á a um e desprezará o outro. Não podeis servir a Deus e à riqueza.
[25]Portanto, eis que vos digo: não vos preocupeis por vossa vida, pelo que comereis, nem por vosso corpo, pelo que vestireis. A vida não é mais do que o alimento e o corpo não é mais que as vestes?
[26]Olhai as aves do céu: não semeiam nem ceifam, nem recolhem nos celeiros e vosso Pai celeste as alimenta. Não valeis vós muito mais que elas?
[27]Qual de vós, por mais que se esforce, pode acrescentar um só côvado à duração de sua vida?
[28]E por que vos inquietais com as vestes? Considerai como crescem os lírios do campo; não trabalham nem fiam.
[29]Entretanto, eu vos digo que o próprio Salomão no auge de sua glória não se vestiu como um deles.
[30]Se Deus veste assim a erva dos campos, que hoje cresce e amanhã será lançada ao fogo, quanto mais a vós, homens de pouca fé?
[31]Não vos aflijais, nem digais: Que comeremos? Que beberemos? Com que nos vestiremos?
[32]São os pagãos que se preocupam com tudo isso. Ora, vosso Pai celeste sabe que necessitais de tudo isso.
[33]Buscai em primeiro lugar o Reino de Deus e a sua justiça e todas estas coisas vos serão dadas em acréscimo.
[34]Não vos preocupeis, pois, com o dia de amanhã: o dia de amanhã terá as suas preocupações próprias. A cada dia basta o seu cuidado.

JACAREÍ,14.01.2017-MENSAGEM DE NOSSA SENHORA-SÃO GERALDO MAGELA E SANTA LUZIA DE SIRACUSA E REFLEXÃO

JACAREÍ,15.01.2017-PALESTRA DO VIDENTE MARCOS TADEU REFLEXÃO DAS APARIÇÕES DE BANNEUX E DA MENSAGEM

JACAREÍ,15.01.2017-MENSAGEM DE NOSSA SENHORA NAS APARIÇÕES DE JACAREÍ SP BRASIL


23/06/2007 - PRECISAMOS DE MAIS ALMAS AMANTES - MENSAGEM DE NOSSA SENHORA RAINHA E MENSAGEIRA DA PAZ COMUNICADA AO SEU VIDENTE MARCOS TADEU TEIXEIRA NO SANTUÁRIO DAS APARIÇÕES DE JACAREÍ - SP - BRASIL

23/06/2007 - PRECISAMOS DE MAIS ALMAS AMANTES - MENSAGEM DE NOSSA SENHORA RAINHA E MENSAGEIRA DA PAZ COMUNICADA AO SEU VIDENTE MARCOS TADEU TEIXEIRA NO SANTUÁRIO DAS APARIÇÕES DE JACAREÍ - SP - BRASIL




"-Filhos caríssimos, Eu venho procurar amor nos corações. Todos os dias percorro coração a coração procurando o amor, mas muitas vezes só encontro o vazio... Encontro apenas frieza, indiferença, desobediência para com as Minhas Mensagens! Só encontro moleza, preguiça e dissipação... Por isso o Meu Coração está transpassado por "Espadas de Dor", porque não encontra amor nos corações!... 
Quantas vezes preciso de mais orações para salvar almas! Procuro então essas orações nos corações, mas não encontro... Procuro muitas vezes nos corações um refúgio para Mim, para o Meu filho JESUS e para JOSÉ! Muitas vezes, estamos cansados de bater nas portas dos corações que não nos abre! 
Procuramos então abrigo nos corações, mas não encontramos esse repouso... Porque os corações estão tantas vezes distraídos com as criaturas... Estão tantas vezes frios, duros e insensíveis e por causa disso não temos onde descansar... 

Como são poucas as almas que nos oferecem amor, todos os dias e com fidelidade!... Precisamos de mais almas amantes... Mais almas amorosas onde possamos encontrar um refúgio, um descanso para Nós e onde possamos encontrar mais Orações e Sacrifícios para salvar as almas! 

O que EU desejo é o amor... Procurai sempre fazer tudo, tudo conforme a vontade de DEUS! Muitas vezes vós começais fazer uma coisa para Glória de DEUS e acabai que por fazê-la para vossa própria glória! Ao invés de dardes alegria, glória e contentamento a DEUS... Acabai fazendo as coisas para satisfazerdes a vós mesmos! Para que não aconteça isso, façais tudo no Meu Espírito, isto é: 

COMIGO, EM MIM E POR MEIO DE MIM! 

Entregando-Me totalmente aquilo que fazeis; consagrando-Me totalmente aquilo que fazeis! E sobretudo deixando de lado a vossa vontade para realizar a Minha, mesmo que a vossa pareça melhor e pareça ser mais exitosa no final. Mas, mortificai a vós mesmos renunciai a vós mesmos, e fazei como EU mando e então Meus filhos, vossas obras serão isentas de qualquer interesse pessoal e assim sim serão agradáveis ao SENHOR... 

A todos hoje dou a Minha Paz e digo-vos: 


Este é o Meu lugar eleito! Eu vos escolhi, aqui é o lugar da Minha Aparição! Nenhum outro lugar pode ser comparado a Ele, por melhor que seja! Foi aqui que os Meus olhos pousaram, e por isso todo aquele que desprezar este lugar desprezará a Mim. Quem amar e lutar por este lugar amará a Mim mesma e lutará por Mim e Eu o amarei e o chamarei de Meu filho... 
Quanto aqueles que desprezam este Lugar e tudo a que aqui Me pertence, a esses quando chegarem diante de MIM, eu direi no dia de sua morte e do seu julgamento: Afastai-vos de Mim, não vos conheço! 

Por isso filhos, verificai em vossos corações se verdadeiramente já amais este lugar como a Mim mesma! E lembrais-vos sempre:

Bem aventurados os que não Me vêem e crêem. 

A Paz..." 



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DEFESA DAS APARIÇÕES DE JACAREÍ - ESCLARECIMENTO SOBRE AS CARTAS INFUNDADAS E DESOBEDIENTES DO BISPO E A VERDADE SOBRE AS APARIÇÕES

DEFESA DAS APARIÇÕES DE JACAREÍ - ESCLARECIMENTO SOBRE AS CARTAS INFUNDADAS E DESOBEDIENTES DO BISPO E A VERDADE SOBRE AS APARIÇÕES

"Quando você diz que devemos dar ouvidos ao que os padres dizem a respeito das aparições de Jacareí, corre em um ledo engano, pois, a “opinião pessoal” deles é que não pode ser elevado ao nível de “dogma de fé”. As cartas de Dom Nelson são muito citadas pelos que latem que estas Sagradas Aparições são falsas. Portanto, mister se faz alguns esclarecimentos. Há duas cartas oficiais onde este indigitado bispo trata da matéria “aparições”. Uma primeira, publicada em 1996, enquanto o mesmo ainda era bispo de São José dos Campos (diocese a qual pertence Jacareí). Nesta, não há menção alguma ao nome do Profeta Marcos Tadeu Teixeira, muito menos, excomunhão, há somente algumas orientações pastorais. A segunda, publicada em 2007 e republicada em 2011, realmente traz explicitamente o nome do Profeta Marcos Tadeu Teixeira, porém, nesta, a palavra “excomunhão” é sequer mencionada.

Ainda há um probleminha com esta segunda carta. O dito bispo (certamente pela providência de Nossa Senhora) foi transferido para a diocese de Santo André/SP em 2003, e, observem, a segunda carta publicada por ele ocorreu no ano de 2007, quando já havia deixado de ter jurisdição eclesiástica sobre a cidade de Jacareí. Portanto, o mesmo, ao editar esta carta, violou a jurisdição eclesiástica conferida a ele pela Igreja, e, ainda, violentou gravemente a autoridade de Dom Moacir, então, bispo da Diocese de São José dos Campos, que, se quisesse, poderia ter criado o maior caso com isso, pois Dom Nelson desrespeitou frontalmente e atropelou sua autoridade eclesiástica, uma verdadeira afronta. Então eu lhes pergunto, vocês ainda vão dar credibilidade a um documento irregular e eivado de vícios como esse?

Vale lembrar, que não é obrigatório seguir estas cartas circulares dos bispos. Não há heresia nem cisma nisso. Um católico somente pode ser acusado de cismático ou herege se atentar contra os Dogmas de Fé. Que eu saiba, carta circular de bispo não é Dogma de Fé. Como a primeira carta de Dom Nelson não condena as Aparições de Jacareí, e a segunda está irregular, pode-se dizer que não pesa condenação oficial e regular da Igreja sobre estas Santas Aparições. Além do mais, até o presente momento, Dom José Valmor, que atualmente tem jurisdição eclesiástica sobre Jacareí, não fez pronunciamento oficial sobre as mesmas. Documento oficial onde o Profeta Marcos foi excomungado, também é inexistente, portanto, qualquer informação que diga o contrário é fruto de pura “fofoca”.

Ressalto que em Jacareí, realmente, não damos tanta importância aos documentos do Vaticano. O que nós realmente valorizamos é a doutrina que nos foi transmitida pelos santos, como Santo Afonso, São Luiz, Santa Teresa, São João da Cruz, etc... Outro adendo que gostaria de acrescentar, diz respeito ao fato da obrigatoriedade ou não das Sagradas Mensagens Celestiais. A orientação predominante entre os teólogos católicos, de que não é obrigatório seguir as Aparições de Nossa Senhora, se funda em meras opiniões pessoais de alguns clérigos a respeito do assunto. Esta orientação não tem o caráter da infalibilidade papal e muito menos é um Dogma de Fé. Realmente, o catecismo atual traz algo nesse sentido, mas vale lembrar que o mesmo não recebeu o caráter da infalibilidade pelo Concílio Vaticano II. Bem ao contrário do Santo Catecismo do Concílio de Trento. Este sim, recebeu o caráter de infalível. Ocorre que nossa amada Igreja há muito se transviou de uma tradição bíblica milenar, através da qual o “Deus dos Exércitos” sempre manifestou sua vontade ao povo de Israel por meio de suas aparições aos profetas (mesmo fenômeno que ocorre com o, também, profeta Marcos Tadeu, pois os fenômenos miraculosos e de aparições que ocorrem naquele Santuário, são da mesma espécie dos verificados na Sagrada Bíblia).

Ora, nos tempos bíblicos não era através dos fariseus, saduceus, príncipes e doutores da lei (a Igreja oficial da época) que Deus dava as suas diretrizes ao povo eleito, mas sim, através dos profetas, em outras palavras, dos videntes. Nos primórdios do cristianismo, também ocorria assim, pois, a própria origem da nossa amada Igreja se funda nas “aparições” de Jesus aos apóstolos e discípulos. Então, por que esta tradição bíblica foi quebra? Será que é porque as aparições aos profetas cessaram? Errado, pois nos últimos 100 anos ocorreram mais de 1000 aparições de Nossa Senhora, dos santos e anjos, e até de Deus.
A pergunta correta é, por que o clero tenta abafar isso, pois grande parte, senão todas, destas aparições também foram acompanhadas de sinais miraculosos, como, curas inexplicáveis pela ciência, sinais na natureza, etc... Se Deus usava deste expediente nos tempos bíblicos, certamente deveria continuar a usá-lo nos tempos do catolicismo, pois uma grande verdade que a Teologia professa é que Deus é imutável. Não citarei as passagens bíblicas onde Deus manifesta sua vontade através dos videntes/profetas, pois se assim fizesse, teria que citar a Bíblia inteira, pois a própria formação e ensinamentos nela transmitidos se dão por este meio. Gostaria apenas de citar um pequeno exemplo de qual atitude deveremos tomar frente às Aparições de Jacareí, tomando por base a Bíblia. Saulo, quando se dirigia à cidade de Damasco e Jesus lhe “aparece” exclama: “Senhor, que queres que eu faça?” (At 9, 6). Naquela ocasião, Jesus disse a ele para procurar os fariseus e saduceus (a Igreja oficial da época)? Não! O ordenou que entrasse na cidade de Damasco e ali lhe seria dito o que deveria fazer. Beleza. E quem Deus enviou para Saulo? Os fariseus e saduceus (a Igreja oficial da época)? Não! Mas Ananias, um vidente. Como eu sei que Ananias era um vidente? As Sagradas Escrituras nos contam que foi uma aparição de Jesus que disse para ele ir procurar Saulo. É só conferir At 9, 10-16ss.

Outro exemplo foi Judas Iscariotes; este preferiu errar com a Igreja oficial da época (lembra né, fariseus e saduceus) que acertar sem ela. Bom... Errou mesmo! E segundo alguns santos místicos, como Maria de Ágreda, sua alma se encontra no inferno. Assim, a posição teológica defendida pela maioria dos teólogos atuais, de que as aparições não são obrigatórias, falando em termos de estudo teológico da atualidade, é perfeitamente passível de questionamento, e, inclusive, daria uma boa tese de doutoramento. É um posicionamento que pode ser mudado. Não é Dogma de Fé. Gostaria de finalizar este ponto dizendo o seguinte. Jesus tolerou para sempre aquela Igreja oficial da época (o judaísmo) que rejeitou o projeto que suas aparições aos Apóstolos (que também eram videntes) propunha? Claro que não!!! Por causa disso, Deus se retirou do meio daquela Igreja e passou a habitar no meio dos seus videntes, os apóstolos e discípulos, e, assim, surgiu a nossa amada Igreja Católica (Mt 21, 39-45).

Não é objetivo do Profeta Marcos Tadeu, nem de sua Ordem e muito menos de nós, a Milícia da Paz (formada por todos os fiéis seguidores daquele Santuário) provocar um cisma na Igreja. Nós apenas denunciamos os erros (prerrogativa esta, conferida aos leigos pelo próprio Concílio Vaticano II), lutamos para que a devoção a Nossa Senhora, aos santos e anjos seja colocada em seu devido lugar, e que as suas mensagens, e as dos demais santos, e até as de Deus, seja acolhida como nos tempos Bíblicos, pois acreditamos que se isto não for feito, irá se abater gigantescos cataclismos sobre a Terra, de uma tal magnitude que nunca houve, nem jamais haverá. Acreditamos que esta “palavra de Deus” transmitida nas aparições é o caminho e a única forma de salvar o mundo, e qualquer obra, ou pessoa, que ensine ou faça diferente do que elas dizem, é desprezada por nós. O motivo para isto é muito simples. Desde tempos remotos, as Aparições de Nossa Senhora (inclusive as não aprovadas pela Igreja) vêm dizendo o que aconteceria ao mundo se esta “palavra de Deus” não fosse obedecida. Resultado, tudo o que elas disseram, em um passado remoto, está se cumprindo na atualidade. Então, não há outra conclusão a se fazer, a não ser admitir que elas eram verdadeiras, e que o clero errou. Aliás, o histórico de erro do clero é algo realmente interessante. Basta citar a condenação que pesou durante 20 anos sobre as Santas Aparições de Jesus Misericordioso à Santa Faustina, e não foi por um “bispozinho” qualquer. Foi pelo próprio papa da época. Se não fosse a atuação do então Cardeal Karol Józef Wojtyła, futuro Papa João Paulo II, estas aparições estariam condenadas até os tempos atuais, e, certamente, você seria um grande opositor delas, não é? Infelizmente, como atualmente o número de Cardeais, e clérigos em geral, com este nível de espiritualidade é praticamente nulo... tadinha das aparições... snif. Praticamente nenhum deles entende de Teologia Mística, o estudo apropriado para se avaliar as aparições e estudá-las.

Além do mais, as aparições de La Salette, Lourdes e Fátima, para quem conhece mais a fundo sua história, verá que elas na verdade não foram aceitas pelo clero. Muito pelo contrário, este as combateu com todas as suas forças. Na realidade, o que ocorreu, é que os fiéis praticamente as fizeram descer goela abaixo na garganta do clero, de tal modo, que eles não tiveram outra opção a não ser aprová-las. E, mesmo nestas que foram aprovadas, o estrago que o clero fez é algo incomensurável. Não as divulgou como deveria; se o corpo incorrupto de Santa Bernadete estivesse no Santuário de Lourdes iria converter milhões de fiéis, no entanto está praticamente escondido no convento de Nevers; o corpo incorrupto de Santa Jacinta foi escondido dos fiéis; a esmagadora maioria dos vaticanistas da Itália é de acordo que, até hoje, o terceiro segredo de Fátima não foi revelado em sua integralidade; a consagração da Rússia não foi feita como Nossa Senhora pediu até os dias atuais, etc... E isso, só para citar os danos que me vem à mente neste momento.

No Santuário das Aparições de Jacareí, o Profeta Marcos está resgatando tudo aquilo que a Igreja e a sociedade tanto se esforçaram para extinguir, os escapulários, medalhas, mensagens, enfim, a salvação do mundo que Nossa Senhora nos revelou e ofereceu com tanto amor ao longo de suas aparições na história. Sem dúvida, lá está se cumprido a passagem da Escritura na qual se diz: “Por isso, todo escriba instruído nas coisas do Reino dos céus é comparado a um pai de família que tira de seu tesouro coisas novas e velhas...” Mt 13,52 É uma nova aparição que resgata todas, até as mais antigas. Portanto, se ainda quiserem seguir a doutrina da cabeça deste cara de que não precisamos de aparições, o problema é de vocês. Aliás, se formos pensar bem, porquê Deus, Nossa Senhora os anjos e os santos apareceriam, né? Afinal de contas, nosso mundo está uma verdadeira maravilha, não é? Não temos problemas de droga, prostituição, corrupção, degradação moral, depressão, decadência da Igreja, violência, roubos, assassinatos, guerras, miséria..., todos os sacerdotes são verdadeiros Serafins de santidade, enfim, o Vaticano está dando conta do recado... Só não está apresentando um desempenho melhor devido a um “pequeno” probleminha de tráfico de influência entre os altos clérigos, desvio de verbas do banco do Vaticano, looby gay entre os padres, pedofilia generalizada, um papa progressista e comunista..., mas, afinal de contas, são probleminhas fáceis de serem solucionados, né? É... Em um mundo maravilhoso e em ótimo funcionamento como esse, realmente não entendo o motivo de tantas aparições..."

(Defesa feita por um peregrino, ao contemplar um vídeo falando mal das mesmas citadas a cima e sobre a cartinha do bispo da época, alegando que as aparições não eram verdadeiras) 



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Site Oficial do Vidente Marcos Tadeu Teixeira: www.aparicoesdejacarei.com.br


TRANSMISSÃO AO VIVO DOS CENÁCULOS.

O Grito Lancinante de uma Alma



blog oficial do vidente Marcos Tadeu

O GRITO LANCINANTE DE UMA ALMA - "A CARTA DO ALÉM" - ESCRITA COM A PERMISSÃO DE DEUS POR UMA ALMA CONDENADA AO INFERNO


O GRITO LANCINANTE DE UMA ALMA - "A CARTA DO ALÉM" - ESCRITA COM A PERMISSÃO DE DEUS POR UMA ALMA CONDENADA AO INFERNO


O inferno existe e é bom saber que só escapamos do fogo eterno com a Devoção a Santíssima Virgem Maria nossa única advogada e a oração do Santo Rosário.


O autor da presente publicação, no original alemão, prefere conservar no anonimato, tanto a si como os demais personagens do acontecimento.
O escrito, entretanto, corre em prósperas edições, pelas mãos de leitores sempre mais numerosos. Não se pode lê-lo com indiferença ou só por curiosidade. Aos poucos a gente se vê, pessoalmente empenhado em uma valorização reflexa, a um tempo de juízo e de sentimento.
Clara era uma moça, falecida ainda jovem, em um Convento da Alemanha. Entre os papéis que deixou, encontrou-se o seguinte manuscrito que publicamos, na íntegra, em versão portuguesa.

Os grifos e anotações são nossos. 

NIHIL OBSTAT
Sancti Pauli, 1-6-1967 
Sac. Joannes Roatta SSR

IMPRIMATUR 
Sancti Pauli, 9-6-1967 
Mons. Lafayette
Vig. Geral 


MANUSCRITO:
Eu tinha uma amiga. Isto é, entramos em contato, por causa do escritório, onde trabalhávamos uma ao lado da outra, em uma firma comercial.

Mais tarde Anita se casou e nunca mais a vi. Afinal, reinava entre nós duas, desde o começo, mais cortesia do que propriamente amizade. Por isso mesmo, pouco senti sua ausência, quando ela, após seu casamento, foi morar em um quarteirão de vilas..., muito longe de minha casa.

Quando no outono de 1937, passava minhas férias às margens do lago de Garda, escreveu-me minha mãe, pelos fins da segunda semana de setembro: “veja, Anita N. morreu! Foi vítima de um acidente de automóvel. Foi sepultada ontem em Waldfriedholf, cemitério do bosque”.

Esta notícia me espantou. Sabia que Anita nunca fora muito religiosa. Estaria preparada, quando Deus, assim de improviso, a chamou?

Na manhã seguinte, assisti a santa missa por ela, na capela particular da pensão das freiras, onde estava hospedada, rezei fervorosamente pela paz de sua alma e até ofereci a Comunhão nesta intenção.

Mas, o dia todo senti um certo mal-estar que pela tarde aumentou ainda mais. Adormeci inquieta. Enfim, fui acordada por um violento bater à minha porta. Acendi a luz. O relógio, sobre o criado, marcava meia-noite e dez. Não vi ninguém. Nenhum barulho se ouvia pela casa. Somente o das ondas do lago de Garda que se quebravam monótonas contra a murada do jardim da pensão. De vento, não se ouvia nem um sopro. E no entanto, ao acordar tinha acreditado perceber, além das batidas da porta, um rumor de vento semelhante àquele que se produzia quando meu chefe de escritório, aborrecido, me passava, de mau jeito, alguma carta.

Refleti por um instante se devia levantar-me. “Tudo histórias..., disse resolutamente a mim mesma. — É a tua imaginação excitada depois daquele caso de morte”. Virei-me para o outro lado, rezei alguns “Pater” pelas almas do purgatório e procurei dormir...

Mas, senti-me irresistivelmente invadida por uma sensibilidade interior que se tornava sempre mais lúcida e nítida, enquanto ao redor de mim a profundidade da noite desvanecia em uma transparência indefinível que dava a mim mesma e a todas as coisas circunstantes, um contorno sem espaço, fora do comum.

Levantei-me alucinada e resolvi, mais depressa do que costumava, descer para a capela da casa, como todas as manhãs. Ao abrir a porta do quarto, tropecei em um maço de folhas soltas de papel de carta. Apanhá-las, reconhecer a caligrafia de Anita e dar um grito foi tudo a mesma coisa.

Tremendo, segurava as folhas na mão. Compreendia que em tal estado de espírito não seria capaz de rezar nem sequer um “Pai Nosso” e além disso, subiu-me um sufocamento asfixiante.

Não encontrei melhor recurso que sair ao ar livre. Arrumei um pouco o cabelo, joguei a carta na bolsa e saí de casa. Subi por um trilho que, além da estrada principal (a famosa Gardesana), vai em direção ao monte, entre oliveiras, jardins de residências e moitas de louros.

A manhã surgia luminosa. Outras vezes, a cada cem passos, eu me extasiava diante do magnífico panorama que dali se abre sobre o lago e sobre a ilha do Garda, bela como de fada.

O insondável azul da água me recreava sempre. Contemplava admirada o cinzento monte Baldo, que, do outro lado, se eleva lentamente, desde 64 até mais de 2.200 metros acima do nível do mar. Entretanto, agora, não tinha nenhum interesse por nada disso. Após um quarto de hora de caminho, me deixei cair, mecanicamente sobre um banco que se apóia entre dois ciprestes, onde, ainda no dia anterior, tinha lido, com tanto prazer, a “Jungfer Therese”, de Federer.[1]

Considerei, então, pela primeira vez, os ciprestes como árvores dos mortos; que, no passado, nas cidades do sul, onde frequentemente se vêm, não havia jamais suspeitado.

Agarrei a carta. Faltava a assinatura. Mas, era, com absoluta certeza, a caligrafia de Anita. Não faltava nem mesmo o grande rabisco ornamental do S e o T à francesa, que ela havia aprendido no escritório para aborrecer o Sr. Gr.

O estilo não era o dela. Ao menos, não falava como de costume, pois ela sabia conversar de maneira extraordinariamente amável e sorrir pelos olhos celestes, com seu belo narizinho amassado. Só quando discutíamos assuntos de religião podia tornar-se venenosa e tomar o tom duro desta carta. (E, julgando-a assim, experimento também a amargura de seu estilo áspero!)

A sua carta do outro mundo eu a reproduzo aqui, palavra por palavra, como a li, então. Dizia assim:

“Clara — não reze por mim! Estou condenada[2]. Se lh’o comunico e lh’o refiro mais longamente, não pense que o faça a título de amizade. Nós aqui não amamos a mais ninguém. Faço-o como que forçada. Faço-o como “parte daquela potência que sempre quer o Mal e faz o Bem”.[3]

Na verdade desejaria vê-la também chegar a este estado onde eu já me aportei para sempre.[4]

Não se aborreça com esta intenção. Nós aqui todos pensamos assim. Nossa vontade está petrificada no mal — nisto que vocês, justamente, chamam de “mal”. Mesmo quando nós fazemos algo de “bem” como eu agora, abrindo seus olhos sobre o inferno, isto não acontece com boa intenção.[5]

Lembra-se que há quatro anos nos conhecemos em...? Você tinha, então 23 anos, e estava ali havia já meio ano, quando eu cheguei. Você me livrou de alguns embaraços. Você me deu, como a principiante, bons conselhos. Mas, que quer dizer “bom”?

Eu louvava então o seu “amor ao próximo”. Ridículo! O seu auxílio derivava de pura beatice, como aliás, já o suspeitava desde aquele tempo.

Nós não conhecemos aqui nada de bom. Em ninguém. O tempo de minha juventude você o conhece. Algumas lacunas eu preencho aqui.

Conforme o plano de meus pais, para dizer a verdade, eu não deveria ter existido. “Aconteceu-lhes, porém, esta desgraça”. Minhas duas irmãs já tinham 14 e 15 anos quando eu nasci.

Antes não tivesse existido! Pudesse eu agora aniquilar-me e fugir destes tormentos! Nenhuma volúpia igualaria àquela com que deixaria a minha existência, como um vestido de cinzas que se perde no nada[6]. Mas, eu devo existir. Devo existir assim como me tornei: com uma existência falida.

Quando Papai e Mamãe, ainda jovens, se transferiram do campo para a cidade, ambos haviam perdido o contato com a igreja. Foi até melhor assim. Simpatizaram-se com pessoas afastadas da igreja. Conheceram-se em uma sala de bailes e, meio ano depois, “tiveram” que se casar.

Na cerimônia nupcial caiu sobre eles tanta (!) água benta que mamãe se contentava em ir à igreja, para a missa dominical, umas duas vezes por ano. Nunca me ensinou a rezar direito. Esgotava-se nos apertos da vida quotidiana, embora nossa situação não fosse desfavorável. Palavras como: rezar, missa, água benta, igreja, eu as escrevo com uma repugnância sem igual.

Detesto tudo isto como detesto quem frequenta a igreja, e, em geral, todos os homens e todas as coisas. De tudo, com efeito, nos advém tormento. Todo o conhecimento recebido na hora da morte, toda lembrança de coisas vividas ou sabidas é, para nós, uma chama ardente[7]. E todas as lembranças nos mostram aquele aspecto que nelas, era Graça. Que nós desprezamos. Que tormento é este! Nós não comemos, não dormimos, não andamos por nossos pés. Espiritualmente acorrentados, olhamos imbecilizados “com urros e ranger de dentes”[8] a nossa vida levada aos montes, odiando e atormentados!

Quer saber? - Nós aqui bebemos ódio como água. Também uns para com os outros[9]. Sobretudo, odiamos a Deus.

Quero que você entenda. Os santos no céu devem amá-Lo, porque eles O vêem sem véu, na sua fulgurante beleza. Isto os torna de tal maneira felizes que nem se pode descrever. Nós o sabemos, e este conhecimento nos torna furiosos.[10]

Os homens na terra que conhecem a Deus pela criação e pela revelação podem amá-Lo. Mas não estão obrigados a isto.

Aquele que tem fé — escrevo rangendo os dentes — que refletindo, contempla Cristo na Cruz, com os braços abertos, acabará por amá-Lo. Mas, aquele de quem Deus se aproxima só na desgraça, como punidor, como justo vingador, porque foi um dia, por ele repudiado, como acontece conosco — este não pode senão odiá-Lo[11]. Com todo o ímpeto de sua pérfida vontade. Eternamente. Por força da livre resolução de ser separado de Deus: resolução pela qual, morrendo, matamos nossa alma. Resolução que nem mesmo agora retiramos nem teremos, jamais, vontade de retirá-la.

Você compreende, agora, por que é que o inferno dura para sempre? Porque nossa obstinação jamais se desligará de nós.

Constrangida — acrescento que Deus é misericordioso até mesmo conosco. Digo “constrangida”, pois que, mesmo escrevendo espontaneamente esta carta, nem assim me é permitido mentir, como quereria. Muitas coisas escrevo no papel contra a minha vontade. Até mesmo o ímpeto de impropérios que gostaria de vomitar, eu o devo abafar. Deus foi misericordioso conosco não deixando esgotar na terra nossa malvada vontade como estávamos dispostos a fazer. Isto teria aumentado nossas culpas e nossas penas.

Ele nos fez morrer antes do tempo, como eu, ou fez interferir outras circunstâncias atenuantes. Agora, Ele se mostra misericordioso conosco, não nos obrigando a aproximar-nos d’Ele mais do que o estamos, neste remoto lugar infernal. Isto suaviza o tormento.[12]

Todo passo que me levasse mais perto de Deus me causaria uma pena maior do que aquela que traria a ti o aproximar-te de uma fogueira.

Você se espantou, quando eu, certa vez, durante um passeio, lhe contei que meu pai, alguns dias antes de minha primeira comunhão, me havia dito: “Anita, procure merecer um belo vestidinho, porque o resto é exagero e exibição”.

Pelo seu espanto, quase fiquei envergonhada. Agora, me rio disto.

A única coisa razoável naquela exibição era que só se admitia à Comunhão, aos doze anos. Eu, naquela época, já me sentia bastante atraída pelos divertimentos do mundo, de modo que, sem escrúpulos, punha de lado as coisas religiosas, e não dei grande importância à primeira comunhão. Agora, nos causa furor, que muitos meninos façam a primeira comunhão aos sete anos. Fazemos tudo para dar a entender ao povo, que deve faltar às crianças uma instrução adequada. Elas devem, antes, cometer alguns pecados mortais. Então a partícula branca não provoca nelas um tão grande dano como quando em seus corações vivem ainda, a fé, a esperança e a caridade. Chi! Esta coisa recebida no batismo. Você se lembra, como eu já havia sustentado na terra, tal opinião.

Fiz referência a meu pai. Ele estava sempre em atrito com mamãe. Fiz alusão a eles com você, apenas algumas vezes, porque me causavam vergonha. Coisa ridícula a vergonha do mal! para nós aqui, tudo é a mesma coisa.

Meus pais nem sequer dormiam mais no mesmo quarto, eu dormia com mamãe e papai no quarto do lado, onde ele podia entrar, livremente a qualquer hora da noite. Ele bebia muito; e, deste modo acabava com o nosso patrimônio. Minhas irmãs estavam ambas empregadas, e necessitavam, conforme diziam, do dinheiro que ganhavam. Mamãe começou a trabalhar para ganhar também alguma coisa.

No último ano de sua vida, papai maltratava muito mamãe quando ela não lhe queria dar alguma coisa. Para comigo foi sempre carinhoso.

Um dia — eu lhe contei e você ficou chocada com meu capricho (mas, você não ficou chocada com minhas referências?) — um dia, ele teve que levar de volta duas vezes, os sapatos que comprou para mim, porque a forma e os saltos não eram bem modernos.[13]

Na noite em que meu pai foi atacado de apoplexia mortal, aconteceu alguma coisa que eu, por receio de uma interpretação desagradável, nunca consegui contar-lhe: foi quando fui assaltada, pela primeira vez, por meu espírito atormentador de agora.

Dormia no quarto de minha mãe. Seus suspiros regulares indicam um sono profundo. Quando de repente escuto chamar-me pelo nome. Uma voz desconhecida me dizia: “Que será se papai morrer?”

Eu não gostava mais de meu pai, desde quando maltratava minha mãe, como afinal, eu não gostava, desde aquele tempo, absolutamente de ninguém, mas, era afeiçoada somente a algumas pessoas que eram boas para mim. Amor sem esperança de recompensa terrena existe somente nas almas em estado de graça. E eu não o possuía. Assim, respondi à misteriosa pergunta, sem ligar de onde viesse: “mas, não morre nunca!”

Após uma breve pausa, novamente a mesma pergunta claramente percebida. “Mas, não morre nunca” me escapou bruscamente da boca.

Pela terceira vez fui interrogada: “Que será se teu pai morrer?”

Apresentou-se-me à mente, como papai costumava chegar em casa quase sempre embriagado, como gritava, como maltratava mamãe e como nos havia reduzido a uma condição humilhante diante do povo. Então gritei aborrecida: “E, para ele é bom”.

Então, tudo sossegou. Na manhã seguinte, quando mamãe quis arrumar o quarto do papai, encontrou a porta fechada à chave. Pelo meio-dia resolvemos arrombar a porta. Meu pai, meio vestido, jazia morto sobre a cama. Ao ir buscar a bebida na adega, devia ter-lhe acontecido algum acidente. E, já se encontrava, havia muito tempo, adoentado.

(Teria Deus ligado à vontade de uma filha, para com a qual, aquele homem havia sido, de certo modo, bom, a ocasião para converter-se?)[14]

Marta K e você me induziram a entrar na “Associação das Moças”. Realmente, nunca ocultei que achava bastante sintonizadas com o costume paroquial, as instruções das duas presidentes, as Senhoras F. e G.

Os jogos eram divertidos, como você sabe, tive logo um lugar na diretoria. Gostava disso. Também os passeios me agradavam. Deixei-me até induzir, algumas vezes, a ir confessar e comungar. Para dizer a verdade, não tinha nada para confessar. Pensamentos e palavras, para mim, não tinham nenhuma importância. Para praticar ações grosseiras, eu não estava ainda bastante corrompida.

Uma vez você admoestou: “Ana, se você não reza mais, você se perderá”.

Eu, de fato, rezava pouco e, além disso, de muito má vontade. Agora vejo que, infelizmente, você tinha razão. Todos aqueles que se queimam no inferno é porque não rezam, ou não rezaram bastante.

A oração é o primeiro passo para Deus. E continua sendo o passo decisivo. Especialmente a oração àquela que foi a Mãe de Jesus Cristo, cujo nome nós não pronunciamos nunca[15]. A devoção a Ela, arranca ao demônio inúmeras almas que o pecado poria, infalivelmente, nas mãos dele.

Continuo a narração consumindo-me da raiva, e só porque devo.

Rezar é a coisa mais fácil que o homem pode fazer na terra[16]. E, justamente, a esta coisa facílima é que Deus ligou a salvação de cada um. A quem reza com perseverança ele, pouco a pouco, dá tanta luz e fortifica-o, de maneira tal, que no fim, mesmo o pecador mais empedernido, pode definitivamente se elevar. Ainda que estivesse mergulhado na lama até o pescoço.

Nos últimos anos de minha vida não rezei mais como devia, e assim fiquei privada das graças sem as quais ninguém pode se salvar.

Aqui não recebemos mais nenhuma graça. Ao contrário, mesmo que as recebêssemos, nós, cinicamente, as rejeitaríamos. Todas as oscilações da existência terrena terminaram nesta outra vida. Entre vocês, aí na terra, o homem pode subir do estado de pecado ao estado de graça. Da graça cair no pecado. Muitas vezes por fraqueza ou talvez por malícia. Com a morte, este subir e descer acaba porque tem sua raiz na imperfeição do homem livre. Agora, já atingimos o estado final. Já com o crescer dos anos as transformações se tornam mais raras.

No entanto, até à morte, se pode sempre converter para Deus ou voltar-lhe as costas. E, no entanto, o homem, como que arrastado pela corrente, antes do desenlace, com os últimos e fracos restos da vontade, se comporta como estava acostumado em vida. O hábito, bom ou mau, torna-se segunda natureza. Esta o arrasta consigo.[17] 

Assim aconteceu também comigo. Há anos eu vivia afastada de Deus. Por isso na última chamada da graça, me decidi contra Deus.

O fato de que eu pecasse frequentemente, para mim não foi fatal, mas, fatal foi que eu não quis mais ressurgir.

Você várias vezes me admoestou para ouvir pregações e ler livros de piedade. “Não tenho tempo” era a minha resposta ordinária. Não faltava mais nada para aumentar a minha incerteza interior!

Afinal, devo constatar isto: desde o momento em que a coisa já estava assim adiantada, pouco antes de minha saída da “Associação das Moças”, me teria sido imensamente duro tomar uma outra estrada. Eu me sentia insegura e infeliz. Mas, diante da conversão surgia uma muralha. Você não o deve ter percebido e considerava coisa tão simples que um dia me disse: “Mas, faça uma boa confissão, Ana, e tudo retoma seu lugar”. Eu sabia que teria sido mesmo assim. Mas, o mundo, o demônio e a carne me prendiam já muito fortemente em suas redes.

Ao influxo do demônio eu nunca dei crédito e agora atesto que ele influi fortemente nas pessoas que se encontram nas condições em que me encontrava então. Somente muitas orações de outros e mesmo minhas, unidas com sacrifícios e sofrimentos, teriam conseguido arrancar-me dele. E, isto, só aos poucos. Se existem poucos obsessos externamente, há uma infinidade de obsessos internamente. O demônio não pode roubar a vontade livre daqueles que se entregam ao seu influxo. Mas, como castigo de sua, por assim dizer, apostasia metódica de Deus, este, permite que o “maligno” se aninhe neles.

Eu odeio também o demônio. No entanto, ele me agrada porque procura arruinar vocês; ele e os seus satélites, ou espíritos caídos com ele, no princípio do tempo. Eles existem aos milhões. Vagabundeiam pela terra como um enxame de moscas e vocês nem o percebem.[18] 

Não compete a nós condenados a missão de ir tentar os homens. Isto é tarefa dos espíritos decaídos[19]. Verdadeiramente, isto aumenta mais ainda o seu tormento cada vez que eles arrastam cá para o inferno uma alma humana. Mas, o que é que não faz o ódio?[20]

Embora eu andasse por caminhos afastados de Deus, Deus sempre me seguia. Preparava o caminho para a graça com atos de caridade natural que eu fazia muitas vezes por inclinação do meu temperamento. Algumas vezes, Deus me atraía para alguma igreja. Então, eu sentia, como que, uma saudade.

Quando cuidava de mamãe adoentada, não obstante o trabalho do escritório durante o dia e de certo modo me sacrificava de verdade, estes acenos de Deus agiam poderosamente. Uma vez, na capela do Hospital, onde você me havia levado, durante o intervalo do meio-dia, senti dentro de mim alguma coisa que teria sido necessário apenas um passo para a minha conversão: e eu chorei!

Mas, ao depois, a alegria do mundo passava de novo, como uma torrente, sobre a graça. A semente se sufocava entre os espinhos.[21]

Com a declaração de que a religião é questão de sentimento, como sempre se dizia no escritório, atirei ao cesto também esta moção de graça, como todas as outras.

Certa vez, você me chamou a atenção porque em vez de uma genuflexão bem feita, fiz apenas uma desajeitada inclinação, dobrando o joelho. Você pensou que fosse preguiça. Não parecia sequer que você suspeitasse que eu desde aquele tempo, já não acreditava mais na presença de Cristo na Eucaristia.

Agora acredito, mas só naturalmente, como se acredita em um temporal, do qual decorrem os efeitos. Até então, eu estava instalada, propriamente, em uma religião a meu modo. Sustentava a opinião que entre nós, no escritório, era comum, que a alma após a morte reaparece em um outro ser. E deste modo, continuaria a peregrinar sem fim. Com isto, o angustiante problema do além era posto em seu lugar e ao mesmo tempo se tornava inofensivo para mim.

Porque você não me lembrou a parábola do rico epulão e do pobre Lázaro, em que o narrador, Cristo, manda, imediatamente, um para o inferno e outro para o céu?...[22]

Afinal, o que é que você teria conseguido? Nada, além do que conseguiram seus outros sermões de carolice!

Pouco a pouco, criei para mim mesma um deus. Bastante afastado de mim, para não ter que manter nenhuma relação com ele. Bastante vago para, conforme a necessidade, sem mudar minha religião, deixar-se assemelhar a um deus panteístico do mundo, ou então, para deixar-se poetizar como um deus solitário. Este deus não tinha nenhum céu para presentear-me e nenhum inferno para castigar-me. Eu o deixava em paz, e ele também a mim. Nisto consistia minha adoração a ele.

“A gente acredita, de boa vontade, no que nos agrada”. No correr dos anos, me conservei bastante convicta desta religião. Deste modo, podia-se viver. Somente uma coisa me teria quebrado a cabeça: uma longa e profunda dor. E esta não veio!

Compreendi agora o que significa: “Deus castiga aqueles que ele ama?”[23]

Era um domingo de julho, quando a Associação das Moças, organizou uma excursão a... O passeio me teria sido bem agradável. Mas, aqueles sermões insípidos... passar por beata...

Uma outra imagem bem diferente daquela de Nossa Senhora de... estava agora no altar do meu coração. Max N. um comerciário vizinho. Pouco tempo antes, havíamos algumas vezes transado juntos. Justamente para aquele domingo, ele me havia convidado para um passeio. Aquela com que ele costumava passear estava doente no hospital.

Ele havia compreendido que eu estava de olho nele. Casar-nos, eu ainda não pensava naquele tempo. Era realmente possível, mas, ele se comportava demasiadamente delicado com todas as moças. E, eu até aquela época, desejava um homem que fosse exclusivamente meu. Desejava, não só ser mulher, mas, mulher única. Um certo traquejo natural, de fato, sempre tive.

(É verdade! Anita, com toda a sua indiferença religiosa, tinha algo de nobre no seu procedimento. Eu me espanto ao pensar que também pessoas bem educadas podem ir para o inferno, quando são tão mal-educadas a ponto de fugir de Deus).[24]

Naquele passeio Max se derreteu em gentilezas. E não houve lugar para conversações padrescas, como entre vocês.

No dia seguinte, no escritório, você me fez reclamações por não ter ido com vocês a..., e eu lhe descrevi meu divertimento naquele domingo. Sua primeira pergunta foi: “Você assistiu à Missa?” “— Bobinha! Como podia ir à Missa se a saída já estava marcada para as seis!” Lembra-se ainda como eu, nervosa, acrescentei: “Deus não pensa nestas minúcias, como os padrecos de vocês!”

Agora devo confessar: Deus, não obstante sua infinita bondade, pesa as coisas com maior precisão do que todos eles (os padres).

Depois daquele primeiro passeio com Max, fui ainda uma vez à Associação: pelo Natal para celebrar a festa. Havia alguma coisa que me convidava a voltar. Mas, internamente, me sentia já, afastada de vocês.

Cinema, baile, passeios, se sucediam sem trégua. Max e eu brigamos sim, algumas vezes, mas, eu soube sempre acorrentá-lo de novo, em mim.

Insuportável tornou-se-me a outra pretendente que, saindo do hospital, procedeu como uma louca. Realmente para sorte minha. Pois, minha nobre calma impressionou tanto o Max que ele acabou decidindo que eu fosse a preferida. Eu soube enchê-la de ódio falando friamente: por fora, positiva, por dentro vomitando veneno.

Tais sentimentos e tal procedimento preparam-me, excelentemente, para o inferno. São diabólicos no sentido mais estrito da palavra.

Mas, por que lhe conto isto? Para relatar como me afastei definitivamente, de Deus.

Não que eu e Max, tenhamos, muitas vezes, chegado aos extremos da familiaridade. Eu compreendia que me teria rebaixado aos seus olhos, se me tivesse entregue, completamente, antes do tempo. Por isso, soube controlar-me. Mas, em si, toda vez que o julgava útil, estava sempre disposta a tudo. Devia conquistar Max. Para isso, nada era caro demais. Além disso, pouco a pouco nos amávamos, possuindo nós dois muitas e preciosas qualidades que nos faziam estimar um ao outro. Eu era hábil, inteligente, de agradável companhia. Assim segurei Max, fortemente na mão e consegui, ao menos nos últimos meses antes do casamento, ser a única a possuí-lo.

Nisto consistiu minha apostasia de Deus: elevar uma criatura à categoria de ídolo para mim. Em nenhuma outra coisa pode acontecer isto, de modo que abranja tudo, como no amor de uma pessoa de outro sexo, quando este amor fica encalhado nas satisfações terrenas.

É isto que forma o seu atrativo, o seu estímulo e o seu veneno. A “adoração” que eu tributava a mim mesma, na pessoa de Max, tornou-se para mim, religião vivida. Era o tempo em que, no escritório, eu me insurgia, venenosa, contra os igrejeiros, os padres, as indulgências, contra o resmungo dos rosários e outras bobagens.

Você procurou, mais ou menos argutamente, tomar a defesa de tais coisas. Sem desconfiar, aparentemente, que no mais íntimo do meu ser, não se tratava, na verdade, destas coisas.

Eu procurava, mais que tudo, um apoio para minha consciência — e tinha, então, necessidade de um tal sustento — para justificar, também com a razão a minha apostasia.

Afinal de contas, eu me revoltava contra Deus. Você não me compreendeu, considerando-me, ainda católica. Queria mesmo ser chamada assim; pagava até as taxas da igreja. Uma certa “contra-garantia” pensava, não devia prejudicar-me.

As suas respostas, pode ser que algumas vezes, tenham acertado o alvo. Para mim, nada adiantavam, porque você não devia ter razão. Por causa destas relações fictícias entre nós duas, é que foi mínimo o pesar de nossa separação, por ocasião de meu casamento. Antes do casamento confessei-me e comunguei ainda uma vez. Era obrigatório. Eu e meu marido, sobre este ponto, pensávamos do mesmo modo.

Por que não deveríamos satisfazer esta formalidade? Cumpramo-la também nós, como qualquer outra formalidade.

Você qualifica de indigna uma tal comunhão. Pois bem, depois daquela comunhão “indigna”, eu tive mais calma na consciência. Mas, também, foi a última.

A nossa vida conjugal transcorria, em geral, numa invejável harmonia. Em todos os pontos de vista tínhamos a mesma opinião. Até nisto: não queríamos arcar com o peso dos filhos. Realmente, meu marido, de boa vontade, teria tido um. Mais de um, não, é claro. No fim, eu soube desviá-lo também deste desejo.

Vestidos, móveis de luxo, salões de chá, passeios e viagens de carro e semelhantes distrações, me interessavam mais[25]. Foi um ano de prazer na terra aquele que transcorreu entre meu casamento e minha morte repentina.

Todo domingo, saíamos de carro ou íamos visitar os parentes de meu marido, (dos de minha mãe, agora me envergonhava). Estes flutuavam na superfície da existência, nem mais, nem menos que nós. Intimamente, é claro, nunca me sentia feliz, embora, externamente risse.

Havia, sempre, dentro de mim, alguma coisa de indeterminado que me roía. Teria querido que após a morte, a qual naturalmente, devia estar ainda muito longe, tudo acabasse.

Mas, é mesmo, como um dia, quando pequena, ouvi dizer na prática: que Deus premia toda obra boa que a gente faz e quando não a puder recompensar na outra vida, fá-lo na terra.

Inesperadamente, recebi uma herança da tia Lotte. Meu marido felizmente conseguiu elevar seus vencimentos a uma notável quantia. Assim, pude organizar nova residência de maneira atraente.

A religião não refletia mais, senão de longe, a sua luz pálida, fraca e duvidosa. Os bares da cidade, os hotéis em que passávamos durante as viagens, não nos levavam, de certo, para Deus. Todos os que frequentavam aqueles lugares, viviam como nós, “de fora para dentro” e não “de dentro para fora”. Se em viagens de férias visitávamos alguma igreja, procurávamos deleitar-nos com o conteúdo artístico das obras. O clima religioso que inspiravam, especialmente, aquelas da Idade Média, eu sabia neutralizar, criticando alguma circunstância secundária: um frade acanhado, ou mal vestido que nos guiava — o escândalo dos monges que queriam passar por santos e vendiam licores — o eterno repique de sinos para as funções sagradas só para ajuntar dinheiro...

Assim, soube, continuamente, espantar de mim a Graça, toda vez que ela batia à minha porta.

Deixava livre desabafo ao meu mau humor de modo particular sobre certas representações medievais do inferno, nos cemitérios ou em outros lugares, em que o demônio assa as almas em brasas vivas e incandescentes, enquanto seus companheiros, de longas caudas, arrastam pra cá novas vítimas. Clara! O inferno pode-se errar ao descrevê-lo, mas não se exagera nunca!

O fogo do inferno, eu sempre o ataquei decisivamente. Você sabe, como durante uma discussão a respeito, lhe coloquei um fósforo diante do nariz e lhe perguntei com sarcasmo: “tem este cheiro?” Você apagou, depressa a chama. Aqui ninguém a apaga. E, eu lhe digo: o fogo de que se fala na Bíblia não significa tormento de consciência, não. Fogo é fogo! E deve-se entender literalmente aquilo que disse Ele: “Afastai-vos de mim, malditos, para o fogo eterno!” Literalmente![26]

“Como pode o espírito ser atingido pelo fogo material?” Perguntará você.

Como pode sua alma sofrer, na terra, quando você coloca seu dedo no fogo? A alma, de fato, não queima. No entanto, que tormento experimenta o indivíduo todo! De modo análogo, nós não estamos espiritualmente ligados ao fogo, segundo a nossa natureza e segundo as nossas faculdades. Nossa alma está privada do seu natural “bater de asas”, nós não podemos pensar aquilo que queremos.[27]

Não olhe com espanto para estas linhas: este estado, que, para vocês, não significa nada, me queima sem me consumir. Nosso maior tormento consiste em saber que nós jamais veremos a Deus.

Como pode isto atormentar tanto, uma vez que na terra a gente fica tão indiferente? Enquanto o punhal está sobre a mesa nos deixa indiferente. Vê-se que está bem afiado, mas, não o experimentamos. Enfia este punhal na sua carne e você começará a gritar de dor. Nós agora sentimos a perda Deus, antes, somente, pensávamos nela.[28]

Nem todas as almas sofrem em igual medida. Com quanto maior maldade e quanto mais sistematicamente uma pessoa pecou, tanto mais grave pesa sobre ela a perda de Deus e tanto mais a sufoca a criatura de que ela abusou.

Os católicos condenados sofrem muito mais do que os de outras religiões, porque estes, geralmente, receberam e desprezaram mais graças e mais luz.

Quem teve mais conhecimento, sofre mais duramente do que quem conheceu menos. Quem pecou por malícia sofre mais agudamente do que aquele que cai por fraqueza. Mas, ninguém sofre mais do que mereceu. Oh! Se isso não fosse verdade, de modo que eu tivesse um motivo para odiar!

Você me disse um dia que ninguém vai para o inferno sem saber e que isto teria sido revelado, por uma santa.

Eu me ri disso. Mas, depois, me escondi atrás desta declaração: “qual nada, em caso de necessidade, haverá bastante tempo para voltar atrás” me dizia secretamente.

E é verdade. Realmente, antes de meu inesperado fim, eu não conhecia o inferno como ele é. Nenhum mortal o conhece. Mas, eu tinha plena consciência: “se morres, vais, no mundo do além, rápida como uma flecha, contra Deus. Sofrerás as consequências”.

Eu não dei um passo sequer para trás, como já disse, porque estava dominada pelo hábito. Impelida por aquela conformidade pela qual os homens quanto mais envelhecem tanto mais agem em uma mesma direção. Minha morte foi assim.

Há uma semana — falo conforme a conta de vocês, porque, com relação à dor, poderia dizer que já faz dez anos, que queimo no inferno ― há uma semana, portanto meu marido e eu fizemos um passeio de domingo, o último para mim.

O dia surgiu radiante. Sentia-me bem como nunca. Invadiu-me um sinistro sentimento de felicidade que serpejou em mim durante todo o dia. Quando, de repente, na volta, meu marido foi ofuscado por um carro que vinha em alta velocidade.

Perdeu o controle.

“Jesus” me saiu dos lábios, como um arrepio. Não como oração, só como grito.[29]

Uma dor lancinante invadiu-me toda — comparada com a de agora, uma coisa à toa. Logo, perdi os sentidos.

Estranho! Naquela manhã surgiu em mim de modo inexplicável este pensamento: “poderias ainda uma vez ir à missa”. Insistente como um pedido.

Claro e resoluto o meu “não” partiu o fio dos pensamentos: “com estas coisas é preciso acabar de uma vez. Arco com todas as consequências”. Agora as sofro.

Isto que aconteceu após minha morte, você, já o saberá. A sorte de meu marido, de minha mãe, tudo o que aconteceu a meu corpo, o desenrolar de meus funerais, são conhecidos por mim em todos os seus pormenores, mediante conhecimentos naturais, que nós temos aqui.

O que afinal acontece na terra, nós só o sabemos confusamente. Mas aquilo que de alguma maneira nos atinge de perto, nós o conhecemos. Assim, vejo também onde você passa seu tempo.[30]

Eu mesma me acordei, inesperadamente, da escuridão, no instante de minha morte. Vi-me como que inundada por uma luz deslumbrante. Foi no lugar mesmo onde jazia meu corpo. Aconteceu como em um teatro, quando na sala, de repente, se apagam as luzes, o pano de boca se rasga rumorosamente, e se abre uma cena inesperada, horrivelmente iluminada. A cena de minha vida. Como em um espelho minha alma se mostrou a mim mesma. As graças desprezadas da juventude até ao último “não” diante de Deus. Eu me senti como um assassino diante do qual, durante o processo judiciário, é levada sua vítima desfalecida.

— Arrepender-me? Nunca![31]

— Envergonhar-me? Tão pouco!

Eu não podia, porém nem sequer resistir-me diante dos olhos de Deus por mim rejeitado. Não sobrava senão um recurso: a fuga. Como Caim fugiu do cadáver de Abel, assim, minha alma foi impelida para longe daquela vista de horror. Isto foi o juízo particular. O juiz invisível disse: “afasta-te de mim!” Então minha alma, como uma sombra amarela de enxofre precipitou no lugar do eterno tormento.[32]

Assim, terminava a carta de Anita, procedente do inferno. As últimas palavras eram quase ilegíveis, de tão deformadas que estavam, A própria carta se incinerou nas minhas mãos.

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De repente — que acontecia?

Na rude linguagem daquelas linhas que tinha acreditado ler, ressoa um suave toque de sinos.

Acordei de sobressalto. Estava ainda na cama, em meu quarto![33] O clarão vermelho da manhã penetrava pela janela. Da paróquia se ouvia o toque da Ave-Maria. Não sabia capacitar-me do quanto havia acontecido!

Nunca senti tanto o conforto da saudação angélica como após um tal retorno à serenidade da manhã. Recitei, lentamente, as três Ave Marias. Então, tornou-se claríssimo: “A Ela te deves manter segura, à bendita Mãe do Senhor; deves honrar filialmente a Maria se não queres ter a sorte de uma alma que não verá jamais a Deus”.

Tremendo ainda, pela assustadora noite, vesti-me depressa e corri pelas escadas abaixo, para a capela da casa.

Meu coração batia até na garganta. As poucas hóspedes ajoelhadas mais perto de mim, me reparavam. Talvez, pensassem que eu estivesse tão excitada porque havia corrido pelas escadas.

Uma velha e bondosa senhora de Budapeste, já experimentada pelo sofrimento, fraca como uma criança, míope, mas perita nas coisas espirituais e fervorosa no servir a Deus, à tarde no jardim, me disse sorrindo: “Menina, Deus não quer ser servido pelo trem expresso!”

Mas, em seguida percebeu que alguma outra coisa me havia agitado e ainda me agitava. Tranquilizando-me, acrescentou:

“Nada te perturbe...” — você conhece o verso de Santa Teresa?
“Nada te perturbe.
Nada te amedronte.
Tudo passa,
Deus não se muda.
A paciência
Tudo consegue.
A quem possui Deus
Não falta nada:
Deus só basta.”[34]

Enquanto ela sussurrava estes versos, devagar e sem nenhuma tonalidade instrutiva, me pareceu que eu lia na minha alma: ― “Deus só basta!”[35]

Sim. Ele só me deve bastar aqui embaixo e no além. Eu quero, um dia, possuí-lo no além, mesmo que me custe aqui muitos sacrifícios. Não quero ir para o inferno.
==*=*=*==

A pessoa que fez a presente publicação no original alemão prefere conservar-se a si mesma, e os demais atores do acontecimento, na reserva do anonimato.

O escrito, entretanto, corre em prósperas edições, pelas mãos dos leitores sempre mais numerosos e, fere o espírito, de comoção, de piedade e de estremecimento.

Suas páginas vivas e espantosas encerram uma experiência, muito humana e comum da vida terrena, em que se defronta grande parte da complexa religiosidade contemporânea. Ao mesmo tempo, levantam o véu do mais fascinante e terrível mistério que nos espera.

Não se podem ler com indiferença ou só por curiosidade; a gente se vê, no fim, empenhado, pessoalmente, em uma revalorização reflexa de juízo e ao mesmo tempo de sentimento.

No drama que esta testemunha faz reviver, vem expressa, embora de maneira estritamente pessoal, toda a realidade humana e divina em que está se atualizando e desenvolvendo a nossa existência.

Sentimo-nos honrados em oferecer à sensibilidade dos leitores brasileiros este breve documento de vida.

Roma, março de 1952.

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[1] H. Federer (1866-1928), sacerdote, romancista popular; “Jovem Teresa”. 1913.
[2] Muitas vezes os homens, enganados pelo Maligno, se desvaneceram em seus pensamentos e mudaram a Verdade de Deus em mentira, servindo à criatura mais que ao Criador ou, vivendo e morrendo SEM DEUS neste mundo se expõem a CONDENAÇÃO ETERNA. (Conc. Vat. II Lg 16)
[3] Palavras de Meflstofele em “Fausto” de Goethe.
[4] Os condenados quereriam que todos os bons se condenassem. – Santo Tomás de Aquino – Summa Teológica (S. Th) Suplemento (Spl) Q 98, a. 4.
[5] Eles têm uma vontade deliberativa. Tal vontade neles é somente má! (S. Th. Spl. Q. 98, a. 1, r)
[6] O não existir... enquanto libertaria de uma vida de punição e de infelicidade... seria melhor para os condenados do que ser infelizes..., e assim preferiram não existir. (S. Th. Spl. Q. 98, a. 3, r)
[7] Não há nada nos condenados que não lhes seja matéria e motivo rio pena. Assim (por exemplo) quando voltam a sua atenção para coisas conhecidas na vida. (S. Th. Spl. Q. 98, a. 7, r)
[8] ... e os lançarão na fornalha de fogo. Ali haverá CHORO E RANGER DE DENTES. (Mt 13, 41)
[9] Nos condenados domina um ódio perfeito. (S. Th. Spl. Q. 98, a. 4, r)
[10] Antes do dia do juízo, os condenados não veem os bem-aventurados a ponto de conhecer a natureza da sua glória, mas sabem somente que eles se encontram em uma glória inestimável. (S. Th. Spl. Q. 98, a. 9, r)
[11] ... os condenados tem ódio a Deus porque Ele os castiga e lhes proíbe aquilo que esta¬ria de acordo com a própria maldade de sua vontade. Por isso o consideram somente como punidor e proibidor. Portanto, conhecendo a Deus nos efeitos da sua justiça, isto é, na sua punição, odeiam-no como odeiam os castigos que eles suportam. (S. Th. Spl. Q. 98 a. 8 ad 1)
[12] Na condenação dos réprobos aparece a misericórdia de Deus enquanto Ele os castiga menos do que mereceriam. (S. Th. I Q. 21 a. 4 ad 1)
[13] Os detalhes precedentes sobre o pai de Anita e o episódio seguinte são fatos comprovados.
[14] É um parêntesis do manuscrito.
[15] O nome de Maria, Mãe de Deus, não é pronunciado. Atestado pelos exorcistas em várias ocasiões. Em Fátima, Ela mostrou às crianças o horror do inferno e lembrou a arma poderosa que o cristão tem – a reza do Santo Rosário. (13 de julho 1917)
[16] Vós, portanto, deveis rezar assim: “Pai nosso, que estais no céu...” (Mt 6, 9)
[17] Porque onde está o teu tesouro, aí também estará o teu coração. O olho é a lâmpada do corpo... (Mt 6, 21)
[18] S. Pedro escreve: “Irmãos sede sóbrios e vigiai, porque o vosso adversário, o demônio, vos circunda como um leão que ruge procurando a quem devorar” (1 Pedro 5, 8). O rugido não significa que satanás faça muito barulho com suas tentações, mas, ao contrário, exprime a avidez com que ele procura perder-nos.
S. Paulo escreve aos Efésios (6, 11-12): “Revesti-vos com a couraça de Deus, para poder enfrentar as insídias do demônio, pois que não é a nossa luta com o sangue e com a carne (contra os homens), mas, contra os Principados e as Potestades, contra os dominadores do mundo das trevas, contra os espíritos malignos do ar”. Aqui, se diz claramente que o maligno nos hostiliza com inúmeros satélites provenientes dos vários coros dos anjos decaídos (Principados, potestades etc.). (Conf. S. Th. l Q, 63, a. 9, ad 3). O demônio não deveria chamar-se: “dominador do mundo” se seu influxo na terra não fosse poderoso.
[19] Não compete aos réprobos levar à ruína os outros, este é ofício próprio do demônio. (S. Th. Spl. Q. 98, a. 6, ad 2)
[20] Quanto mais aumenta o número dos danos tanto mais cresce o tormento de cada um. Estão porém tão cheios de ódio e de inveja, que eles preferem sofrer mais em companhia de muitos, do que sofrer menos, sozinhos. {S. Th. Spl. Q. 98, a. 4, ad 3)
[21] A semente que caiu entre espinhos representa aqueles que ouvem, mas são sufocados pelas preocupações, pelas RIQUEZAS e pelos PRAZERES da vida. (Lc 8,14)
[22] Jesus nos lembra bem claramente a sorte dos condenados. (Lc 6,19-31)
[23] Hb 12, 6 – Prov 3,12.
[24] Anotação do manuscrito.
[25] Larga é a porta e ESPAÇOSO O CAMINHO que conduz à perdição e muitos são os que entram por ela. (Mt 7,13)
[26] ... apartar-nos para o fogo eterno... (Conc. Vat II LG 48)
[27] O logo do Inferno atormenta o espírito impedindo-o de seguir a sua vontade. Este, (o espírito) não pode agir onde quer e como quer. (S. Th. Spl. Q. 79, a. 3 r.)
[28] Estar separado de Deus é um castigo tão grande quanto grande é o próprio Deus. (Trecho atribuído a Santo Agostinho).
[29] Jesses - corruptela da Jesus, usado frequentemente entra algumas populações de lín¬gua alemã.
[30] As almas dos que morreram não tem um conhecimento certo e distinto de todas as coisas naturais, mas, somente, um conhecimento genérico e confuso. (S. Th. I Q. 89, a. 3 r.)
[31] Os maus propriamente não se arrependem dos pecados, porque estão presos ao pecado com uma vontade pérfida. Porém, sentem desprazer enquanto são atormentados pela pena do pecado. (S. Th. Spl. Q. 98, a. 2 r.)
[32] Hervé - Praelect Theol. Dogm. 12a edição – (Paris, 1934), IV n°694: “É certo, e conforme Suarez até artigo de fé, que o Inferno é um lugar determinado”. A eternidade das penas do inferno é verdade de fé; talvez, a mais terrível de todas. Conf. na Escritura Sagrada: Mal 25, 41 e 46; 2ª.Tess. 1, 9; Juízes, 5, 13; Apoc 14, 11 e 20, 10. Todos trechos inconfutáveis em que a palavrinha “eterno” não se pode mudar em “longo”. Se não fosse permitido ilustrar esta verdade de fé com um fato particular, nem sequer o Divino Salvador teria narrado a parábola do rico Epulão e do pobre Lázaro. Lá ele fez, precisamente o mesmo que se conta aqui: descreveu a grandes pinceladas o inferno e como se vai para lá. Não por espírito de sensacionalismo, mas impelido pela mesma intenção que deu origem a esta publicação: intenção expressa naquelas palavras: “desçamos vivos ao inferno, para não descer lá morrendo”. Esta expressão é uma paráfrase do v. 16 do Salmo 54: “Caia a morte sobre eles e desçam vivos aos Infernos”. “Descendant viventes ne descendant morientes”, que se encontra em Gullaume de Saint-Thirry, meditativae orationes, Med. VI, Ed. M. M. Davy, Paris 1934, pág. 156 -160 e na carta ad fratresde Monte Del, do mesmo autor, Ed. M. M. Davy. Un traité de la vie solitaire pág. 79, Paris, 1940, obra outrora atribuída a São Bernardo.
[33] De Deus pode depender, alguma vez, a causa espiritual do sonho. Ele pelo ministério dos Anjos revela algumas coisas aos homens mediante os “sonhos”. De fato também na agiografia, frequentemente, o sonho serve de estímulo providencial para obras boas e grandes. (S. Th. Il-ll Q. 95, a. 6)
[34] Obras de Santa Teresa d’Ávila da autoria do P. Camillo Mella S. J. (Modena, 1884, t. VII, pág. 200).
[35] Procurai, portanto, primeiro o Reino de Deus e sua justiça. (Mt 6, 33)





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